El uso de la electroquímica permitirá en un corto periodo de tiempo fabricar nuevos fármacos de una forma más sostenible, incluyendo algunos medicamentos de primera prescripción.

A día de hoy, la fabricación de productos farmacéuticos implica el uso de moléculas orgánicas que requieren varios pasos químicos y un fuerte uso de energía. Este proceso, también genera abundantes cantidades de residuos perjudiciales para el medio ambiente (y habitualmente tóxicos).

Dentro de ciertos productos farmacéuticos se encuentran las denominadas diaminas vecinales, las cuales contienen enlaces químicos, una base bioactiva para la medicina. Según explica Song Lin, profesor asistente de química, muchos agentes terapéuticos ampliamente consumidos tienen estas diaminas, incluyendo los medicamentos para la gripe con receta médica, la penicilina y algunos medicamentos contra el cáncer.

Lin y su equipo han desarrollado una técnica que crea estas diaminas más fácilmente y sin residuos tóxicos. El proceso utiliza electricidad y química (electroquímica) y posteriorme emplea manganeso, un material abundante en la Tierra. Los expertos aseguran que si se puede crear un producto de forma electrosintética, en vez de químicamente, será mucho más sencillo y sobre todo, sostenible.

 


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