Este fin de semana he salido de Madrid por razones de trabajo.
Administramos una casa rural en Badajoz y urgía ir para prepararla para este mes de junio, que parece que ya a poder viajar entre provincias. Y además hay que acondicionarla con las nuevas medidas anti Covid.
Ya te vas con el temor de que te vayan a parar en la carretera
Pues no, no me pararon a la ida ni a la vuelta, eso si iba con mis papeles que documentaban que íbamos a trabajar.
La carretera vacía, el campo seco la última vez que lo vi estaba verde y ahora estaba amarillo ¡¡pero muy amarillo!!
Paramos en una gasolinera de la A5, y me contaron, que ya habían pasado más coches, pero que hasta ahora había días sin que nadie repostara.
Una vez pasado Talavera de la Reina nos cruzamos con poquísimos coches por la carretera de Badajoz y nos metimos en la carretera que va a Herrera del Duque, y allí nadie en la carretera, creo que vimos tres tractores y dos coches.
Y al pasar por los pueblos algún paisano, eso sí con mascarilla.
Llegamos a Puebla de Alcocer, que era nuestro destino, y allí en la calle todo el mundo con mascarilla
Entre en el supermercado del pueblo, una mini tienda de barrio que tenía una mampara gigante en la caja (veinte veces mayor que cualquiera de Mercadona, Carrefour…) la señora con su mascarilla y el pan, el pan de pueblo en una bolsa de plástico.
Increíble, es verdad que fui a ver al panadero, y estaba haciendo el pan como siempre, y no me transmitió que hubiera vendido poco.
Fuimos a comer y nos encontramos con que casi todos los bares cerrados y los que estaban abiertos con códigos de barras para ver la carta, y con escasez.
Y hablando con ellos me dijeron que en los pueblos ya se estaba volviendo a la normalidad, y que estaba facturando casi lo mismo que antes de la pandemia.
Cuánto contraste con Madrid que está casi todo cerrado, menos las terrazas que están llenas, a rebosar.
Ni tan poco ni tan mucho.
Miguel Ángel Delgado – Director de MPG y BOARD en Cirugía