Últimamente eran ya bastantes frecuentes las conferencias en salud sobre el Big Data y, cada día, tienen mayor peso las empresas tecnológicas en el sector.
Así, Alphabet (Google) se centra en aprovechar su dominio en el almacenamiento y análisis de datos; Amazon se apoya en su experiencia como plataforma de distribución y ha desarrollado su asistente Alexa como acceso a la salud en el hogar; Apple está convirtiendo sus smartphones en centros de salud; y Microsoft se está centrando en el almacenamiento y análisis de datos en la nube para mejorar la efectividad del sector.
Todos los algoritmos que se usan habitualmente para predecir qué vas a comer, comprar o qué película vas a ver se están utilizando para predecir qué va a pasar con esta pandemia.
Ya se está monitorizando a través del móvil la temperatura o la geolocalización de los afectados por el virus. Una empresa canadiense “Blue dot” ya advirtió a sus clientes del problema de China diez días antes que la OMS y que evitaran ir a Wuhan. Eso lo hicieron en base a un programa que recogía las palabras “no me encuentro bien”, “algo me pasa” o “estoy enfermo” entre más de cien datos y que tras el análisis por sus algoritmos concluyeron que estaba brotando una nueva enfermedad infecciosa. Combinando esos análisis con las rutas aéreas comerciales establecieron un modelo de propagación del virus para establecer cuáles eran los trayectos y lugares de contagio más probables.
Asimismo, la tecnología está siendo utilizada para determinar qué moléculas combatirán mejor al coronavirus, ya que acortarán los tiempos de desarrollo de manera exponencial. Ya se descubrió un antibiótico de esta manera.
Telefónica y otros siete operadores de telecomunicaciones proporcionarán datos de localización de sus usuarios de teléfonos móviles a la Comisión Europea para facilitar el seguimiento de la expansión del coronavirus, ya que así se puede inferir puntos calientes de contagios, calcular matrices de origen y destino, detectar flujos de población y trazar su movilidad.
En China se está utilizando esta geolocalización de la población, pero, además hay un sistema de reconocimiento facial y un software de detección de temperatura para identificar a las personas que podrían estar infectadas. En Corea del Sur hay una app que te avisa a 100 metros de distancia si hay alguien infectado cerca, en Estados Unidos una empresa ha desarrollado un software que es capaz de procesar un diagnóstico de CT de tórax en 10 segundos -lo normal es 15 minutos y manual-, algo que en esta pandemia es muy útil, ya que en muchos casos parece que es más precoz las alteraciones en el escáner de tórax que en el test de PCR.
También han sido utilizados drones de policías para vigilar el confinamiento en Francia o como medio de transporte para trasladar pruebas sanitarias en China y robots para esterilizar o distribuir alimentos o materiales en hospitales y reducir así el contacto para evitar contagios.
La biología está acelerando la digitalización del mundo. Al ritmo que iba el año pasado, la digitalización se hubiera completado en treinta o cuarenta años, pero la pandemia ha reducido los tiempos drásticamente.
Un Virus que afecta los cuerpos y se transmite por gotas está multiplicando exponencialmente nuestra dependencia de la tecnología.
¡Paradojas de la vida!
Miguel Ángel Delgado – Director de MPG y BOARD en Cirugía