Las nuevas tecnologías, que nos facilitan el día a día, deben adaptarse a nuevas realidades y entornos. Estas transformaciones han involucrado al sector de la salud, donde surgen una serie de tendencias que se han convertido en nuestros aliados. MPG recoge algunas de ellas que irán mejorando con los años y que debes conocer:

1. Wearables: Cuando hablamos de este término, nos referimos al conjunto de aparatos y dispositivos electrónicos que se incorporan en alguna parte de nuestro cuerpo, interactuando de forma continua con el usuario y con otros dispositivos con la finalidad de realizar alguna función concreta. Los wearables permiten medir nuestras constantes vitales, como el nivel de azúcar en sangre, nos informan de las calorías que consumimos cuando realizamos deporte, entre otros usos. Esta medición constante y control diario de los pacientes hacen de los wearables una potente herramienta para el diagnóstico temprano, así como para el seguimiento de enfermedades, algo especialmente importante en pacientes crónicos.

2. Internet of things: Es otra tendencia de gran importancia para los wearables, ya que gracias a la interconexión entre dispositivos, podemos obtener mayor información y recopilación de datos. De esta forma, podrán ser analizados, agilizar el diagnóstico y la toma de decisiones.

3. Impresión 3D: Una nueva tecnología que sigue creciendo y de la que surgen grandes posibilidades en el ámbito de la medicina. Con las impresiones en 3D podemos conseguir órganos similares a los nuestros, tejidos y prótesis iguales a las nuestras. Este método está en proceso de crecimiento dentro de la  investigación clínica.

4. Apps: Hoy en día podemos encontrar aplicaciones de todo tipo, algunas de ellas nos permiten mejorar nuestro día a día, como es el caso de las que se enfocan a la salud. Sin embargo, solamente son complementos a los tratamientos y en ningún caso pueden reemplazar las consultas médicas, pero pueden ser útiles para el control de tratamientos u otros aspectos. Las aplicaciones de este tipo han experimentado un rápido crecimiento en los últimos años gracias a su bajo coste, fácil uso y estar al alcance de cualquier persona. 

5. Big Data: Ya hablamos hace un tiempo de este concepto, el Big Data se ha convertido en una herramienta de gran importancia para mejorar la investigación clínica. Además, ayuda a nuevas formas de tratamientos eficaces y eficientes. Con el Big Data podemos procesar las muestras rapidamente y de una forma más económica. Así, podremos prever los riesgos de padecer enfermedades, lo que nos lleva a una medicina personalizada, que identifique el mejor tratamiento, en el momento determinara según la persona que sea.