Los residentes apuntan a “fortalecer” el programa formativo de la especialidad
La Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC) es una especialidad médica crucial en el sistema de salud, que desafortunadamente está atravesando un período complicado. La falta de atractivo entre los médicos recién graduados, plazas desiertas en la elección MIR y la sobrecarga asistencial son solo algunos de los desafíos que enfrenta esta especialidad. Sin embargo, no todo está perdido. Los propios residentes de MFyC han identificado una serie de recetas que podrían revitalizar la especialidad y devolverle su prestigio.
Una de las principales preocupaciones de los residentes es la extensión de las guardias. Actualmente, las guardias de 24 horas están generando fatiga y afectando tanto al bienestar de los especialistas como a la calidad de la atención que brindan a los pacientes. La propuesta de implementar turnos de 12 horas es vista con buenos ojos, ya que permitiría un descanso adecuado y una mejor concentración durante la jornada laboral. Esto no solo favorecería a los médicos, sino que también redundaría en una atención más óptima y segura para los pacientes.
Otro aspecto vital para mejorar la especialidad es el establecimiento de condiciones laborales más favorables. Los médicos de familia necesitan una remuneración económica justa y contratos laborales más estables, que les brinden seguridad y estabilidad en su carrera profesional. Asimismo, es esencial reducir la carga asistencial para que los especialistas puedan dedicar el tiempo necesario a cada paciente y brindar una atención integral y de calidad.
La conciliación entre la vida laboral y familiar es un factor determinante para atraer a los futuros médicos a esta especialidad. Ofrecer horarios que permitan un equilibrio adecuado entre la vida personal y profesional se convierte en una ventaja competitiva para atraer talento a la Medicina Familiar y Comunitaria.
Además de las condiciones laborales, la formación es un pilar fundamental en la mejora de la especialidad. Los residentes subrayan la importancia de contar con programas formativos actualizados y completos. La actualización del Programa Oficial de Especialización (POE) para Medicina de Familia se vuelve imperativa y debe enfocarse en proporcionar una formación sólida y diversificada, con la posibilidad de realizar rotaciones en diferentes áreas para ampliar el conocimiento y la experiencia de los especialistas.
La tecnología y los recursos también desempeñan un papel clave. Los médicos recién graduados buscan centros de salud que dispongan de equipos modernos y potentes, como la ecografía, que faciliten el diagnóstico y tratamiento de los pacientes. Una infraestructura adecuada, junto con la oportunidad de desarrollar habilidades y asumir responsabilidades, serán factores determinantes para atraer y retener a los profesionales en la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria.
Es fundamental que tanto las instituciones sanitarias como los organismos reguladores tomen nota de las inquietudes de los residentes de MFyC y trabajen en conjunto para implementar las mejoras necesarias. La Medicina Familiar y Comunitaria es una especialidad esencial para el sistema de salud, y es necesario brindar el apoyo necesario para que recupere su prestigio y sea una opción atractiva para los médicos en formación.
En conclusión, la Medicina Familiar y Comunitaria se enfrenta a desafíos importantes, pero también ofrece oportunidades significativas para mejorar y crecer. La implementación de turnos de guardia más racionales, una remuneración adecuada, horarios que permitan la conciliación familiar, programas formativos actualizados y una infraestructura moderna son algunos de los ingredientes clave para hacer que esta especialidad vuelva a brillar y continúe siendo un pilar fundamental en la atención médica. La colaboración y el compromiso de todas las partes involucradas serán fundamentales para el futuro de la Medicina Familiar y Comunitaria.
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