Los mercados emergentes representan una oportunidad excepcional para la industria farmacéutica. Aunque todavía no se dispone de una definición precisa, los economistas definen los mercados emergentes como países en desarrollo en los que se espera que la inversión genere mayores ingresos a pesar de los altos riesgos.
Las estrategias adoptadas por las compañías farmacéuticas que desean expandirse en estos mercados deben adaptarse al ritmo del desarrollo de cada país. Estos países necesitan medicamentos contra las enfermedades infecciosas y las enfermedades transmisibles, como las enfermedades de transmisión sexual. Son territorios fácilmente explotables para productos innovadores de productos farmacéuticos. Sin embargo, con el aumento de la riqueza y la longevidad, se está produciendo un cambio en el estilo de vida. Estos cambios acompañan un cambio en los patrones de la enfermedad. Se ha observado un rápido aumento de la incidencia de enfermedades no transmisibles como enfermedades cardiovasculares, diabetes y enfermedades oncológicas en los mercados emergentes, imitando a sus contrapartes occidentales. Esto muestra que las industrias farmacéuticas también podrán comercializar sus productos globales en estos nuevos países. Conquistar mercados emergentes puede ser un desafío para las industrias. Estos desafíos se pueden agrupar en 3 categorías: desarrollo de infraestructura, políticas de contención de costos y evaluación de medicamentos basada en el valor. Las principales estrategias que se consideran para superar estos desafíos incluyen una adaptación adecuada y una ganancia en el mercado.