La verdad es que los humanos, cuando hay problemas, como esta situación que estamos sufriendo, buscan soluciones imaginativas.

Nunca se había encontrado la humanidad en la situación de enfrentarse conjuntamente y a la vez a un enemigo común y prácticamente desconocido como es el COVID-19.

La inteligencia colectiva es la capacidad de poner en sinergia las competencias, la imaginación y las energías intelectuales provenientes de cualquier forma de saber y de cualquier lugar.

La situación que se vive actualmente es ideal para observar esta capacidad.

Cientos o millones de personas están tratando al mismo tiempo de comprender el COVID-19 por todos los medios a su alcance, y hay una capacidad muy importante de comparar con todo el mundo.

Si nos fijamos, todo el mundo está aprendiendo lo que es un virus, cómo se contagia, qué tratamiento hay (al informar a los familiares de los pacientes nos preguntan por la cloroquina), cómo funcionan las urgencias, qué es un respirador o el valor de ciertas profesiones. Pero, también, nos enseña más cosas de nuestro entorno, no solo de la enfermedad, sino de muchos problemas que antes no éramos conscientes.

Así como el de los enterramientos, (se ha tenido que habilitar a una pista de hielo para acoger difuntos), el de cómo se compran productos sanitarios y la dependencia de otros países y las muchas trabas que hay para que llegue el producto al consumidor final (y lo importante que resulta que esos controles sean fiables), de cuántos Ministerios hay y su dependencia o del lío de las comunidades autonómicas y la dificultad de implantar un mando único (que aun en estas circunstancias excepcionales discuten quién puede hacer esto o aquello). ¡Y cómo no! De que el ejército se puede utilizar también en época de paz y la importancia de las fuerzas de seguridad del estado.

Y qué decir de nuestros mayores, de su cuidado y del gran problema de las residencias. ¿Éramos conscientes antes?

También de nuestra dependencia extrema del turismo ¿Qué vamos a hacer ahora?

Claro, esto nos lleva a una reflexión: ¿estábamos haciendo bien las cosas antes? ¿Por qué en esta situación de crisis se pone de manifiesto quién puede responder y quién no? ¿Quién es un profesional y quién no lo es? ¿Quién es un líder y quién no lo es? Se observa la capacidad de reacción de unas personas u otras, su liderazgo, su formación y, sobre todo, sus valores.

Vemos por qué en unos países están tratando esta situación mucho mejor que otros; como Grecia o Portugal que la gestionan mejor que Estados Unidos, España o Italia.

Y todo esto muy rápido.

Miguel Ángel Delgado – Director de MPG y BOARD en Cirugía