El PP tiene la medida en su hoja de ruta si gobierna y lo emplaza a la Comisión de Recursos Humanos

En medio de las recientes elecciones generales, uno de los compromisos destacados del candidato Alberto Núñez Feijóo ha girado en torno a la potenciación de las capacidades de los profesionales de Enfermería y Farmacia dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS). Este impulso promete fortalecer sus competencias en áreas cruciales como la gestión de pacientes crónicos y su rol fundamental en la Atención Primaria.

Dicha promesa forma parte del proyecto de reforma de la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, presentado por el Partido Popular el 23 de julio. Esta iniciativa busca propulsar el desarrollo de “equipos multidisciplinares” en el ámbito sanitario. Sin embargo, la materialización de estas intenciones depende de los resultados finales de las negociaciones para la investidura del nuevo presidente del Gobierno.

La ex portavoz del PP en la Comisión de Sanidad del Congreso durante la última legislatura, Elvira Velasco, ha señalado que esta medida pretende responder a las necesidades surgidas durante la pandemia de Covid-19 y abordar los desafíos que enfrenta la Atención Primaria. Velasco destaca que, particularmente en la gestión de la cronicidad, Enfermería podría asumir competencias cruciales.

La diputada electa subraya la importancia de un “desarrollo profesional” más amplio para los profesionales de Enfermería y Farmacia, permitiéndoles aprovechar al máximo sus capacidades. Esta aspiración se conecta con avances recientes en el sector médico, como la aprobación de especialidades en Urgencias o Genética.

No obstante, la determinación de las nuevas competencias requerirá un diálogo constante con las propias profesiones sanitarias y las comunidades autónomas responsables de la gestión de la salud. La intención es alcanzar un consenso para definir un modelo sólido de Atención Primaria que integre las diversas competencias profesionales.

Velasco subraya la necesidad de que el nuevo Ministerio de Sanidad asuma la “coordinación” de las competencias de Enfermería y Farmacia, asegurando un espacio adecuado para su implementación en colaboración con las comunidades autónomas. La formación específica de estos profesionales merece ser aprovechada de manera efectiva en beneficio de la atención sanitaria.

Esta reforma de competencias se suma a una serie de propuestas del PP en las elecciones generales, que incluyen un aumento de plazas formativas para Medicina Familiar en el MIR, nuevas leyes sanitarias, la consolidación de la Agencia Estatal de Salud Pública, la creación de una reserva estratégica de medicamentos y una reevaluación del enfoque en salud mental. La implementación de estas propuestas dependerá de las complejas negociaciones de investidura, que por el momento parecen favorecer al bloque de izquierda.

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