Ya no estamos en el estado de alarma, y claro esta que cada comunidad autónoma, cada provincia cada municipio, cada organismo, cada establecimiento, cada individuo aplica la normativa según su parecer.

Las normas pueden ser más o menos claras, más o menos uniformes, pero no su aplicación.

Por ejemplo, las mascarillas. Todavía hay dos comunidades autónomas que no han obligado a llevar las mascarillas por la calle. Eso nos hace pensar, que o no esta tan claro, o esas dos comunidades están locas. Curiosamente una de ellas, Madrid, es la que más ha sufrido la pandemia ¿es que sus dirigentes son uno irresponsables o sus asesores médicos no saben? Pues ni uno ni lo otro, está claro que hay una serie de medidas que son controvertidas.

Luego esta su aplicación. Ves a la gente por la calle y la mayoría llevan las mascarillas mal puestas, por debajo de la nariz, en el codo, en el cuello… 

Y también está ya la moda, negras, blancas, las quirúrgicas, de colores, y hasta de tiburones (que poca habilidad de llevar el que tenía ser referente en llevarlas o no, y para que).

Por otro lado, está la rigidez normativa. El otro día fuí a un organismo de una comunidad autónoma, con cita previa, tu mascarilla, etc. Estuve dos horas resolviendo unos asuntos, en una sala gigante para dos personas, con una pantalla de metacrilato con un orificio para pasar papeles como en la cárcel. Hasta ahí perfecto.

Pero había citado otra persona a una hora concreta, y como no había terminado me dijeron que saliera y volviera más tarde. Les pregunte que, porque no esperaba en el hall, o en otro sitio, y me dijeron que eran las normas. ¡¡¡Bueno pues espere un rato a cuarenta grados en la calle!!!!

Miguel Ángel Delgado – Director de MPG y BOARD en Cirugía

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