El papel de la enfermería en el abordaje de la cronicidad será fundamental en los próximos años, ya que disminuirá el coste sanitario y permitirá mejorar la calidad de vida de los pacientes crónicos con una atención integral.

El apoyo en el autocuidado y el empoderamiento de los pacientes son dos de las funciones de los profesionales de la enfermería, que tienen como objetivo poner el foco en la atención para dar respuesta a las necesidades.

En España, según los últimos datos, en torno a un 47% de mujeres de 15 o más años han padecido problemas crónicos de salud, mientras que en hombres el total es de entorno el 38%. A esto se suma la idea de que cada vez la población está más envejecida, que supone que en los próximos años se perdería en torno a 5,6 millones de habitantes.

Adaptación al nuevo rol

Los profesionales sanitarios han demostrado su capacidad para adaptarse a las necesidades, que pasan por una atención integral a la cronicidad con una continuidad asistencial.

Esto significa también un impulso de la figura de la enfermería como líder de la gestión de cuidados, que debe encargarse de la toma de decisiones en la gestión asistencial y en la implicación del paciente.

Los profesionales de la enfermería actúan desde diferentes puntos: como gestores y responsables de los cuidados, en la gestión de recursos humanos y asistenciales, como intermediarios entre el paciente y el médico y en la prevención comunitaria.

Esto significa que los sistemas sanitarios necesitan contar con profesionales altamente cualificados en el cuidado y en la coordinación de equipos y con capacidad para gestionar unidades y recursos.

Por todo ello, la formación en la atención de la cronicidad en profesionales del área de enfermería y de medicina es uno de los principales pasos a seguir en el presente y el futuro de la salud y de los modelos de atención a pacientes.